15 feb 2007

Mexicano grande entre los grandes


Hace 15 mil años cayó un rayo en el suelo de lo que hoy es el desierto de Libia, al oeste de Egipto. Algo interesante de lo que pasa cuando cae un rayo en la arena es que la energía del que libera incrementa la temperatura del punto de impacto hasta 30 mil grados centígrados, fundiendo todos los minerales y seres vivos del entorno inmediato, creando una masa vitrificada de silicatos y materia orgánica, además de que quedan burbujas de aire capturadas.


Después de 1500 años el investigador mexicano Rafael Navarro González desbarató la fulgurita (el producto del rayo que cayó en la arena) extrajo los gases de las burbujas y encontró información de mucha importancia sobre el ecosistema de aquellos años y la manera en que ha cambiado el clima desde entonces. Aunque, fue titánica la labor de Rafael Navarro González, que dio a conocer los resultados de una investigación de cuatro años que publicó en su edición de febrero la reconocida revista Geology, los resultados valen la pena.


El mexicano es reconocido mundialmente por haber encontrado el sitio de en la Tierra más parecido a la superficie de Marte: el desierto de Atacama, al norte de Chile. Con los resultados de esta investigación, se llega a cuatro conclusiones:


1.- Por primera vez se logró extraer gas atrapado dentro de un “rayo petrificado”

2.- Por primera vez se pudo saber la fecha en que se formó una fulgurita prehistórica;

3.- Se comprobó que hace 15 mil años había vegetación donde hoy se localiza el desierto de Libia,.

4.- Se demuestra que las fulguritas o rayos cristalizados son auténticas cápsulas de tiempo de las que se pueden extraer datos sobre ecología y clima.


Comenta Navarro: “Yo tengo muchos años estudiando relámpagos, como parte de mi trabajo para comprender la superficie de otros planetas”, dijo el investigador universitario en conferencia de prensa. “Entre quienes estudiamos este tema, tener una fulgurita es una especie de trofeo, pero nadie antes había planteado la posibilidad de que las burbujas de estos cristales tuvieran gases encerrados y que éstos pudieran estudiarse”


Hace cuatro años a Navarro le comentaron de alguien que vendia fulguritas en París, donde el se encontraba viviendo, el fue, compro una de 40 cm. de longitud, la cual le costo mil euros, algo barata, además de que el vendedor le regalo otra pequeña al darse cuenta que era científico y no coleccionista, cuenta navarro que la que le regalo fue la fulgurita mas fea que había visto, pero a caballo dado no se le ve colmillo.


“En los laboratorios de la UNAM liberamos los gases que estaban atrapados utilizando una técnica que se llama ablación láser. Entonces descubrimos que esos gases tenían origen orgánico pues estaban integrados por carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno… “Posteriormente, al estudiar la proporción de carbono 13 que había, nos dimos cuenta de que es la misma proporción que se obtiene de plantas del desierto que actualmente se encuentran 800 kilómetros al sur de donde cayó el rayo. Así demostramos el desplazamiento de esa cubierta vegetal”, contó Navarro González.

Via Milenio

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