14 abr 2009

Por parecer indocumentados deportan a sus propios ciudadanos


Según una investigación de la agencia noticiosa AP los EEUU han deportado a por lo menos a 55 personas (aunque abogados creen que son cientos) que son ciudadanos de ese país pero que parecían indocumentados. Un caso particular es el de Pedro Guzmán de 31 años nacido en Los Angeles y que el año pasado, este hombre con trastornos mentales, que no sabe leer ni escribir, fue arrestado por una infracción menor y terminó deportado a México. Durante casi 3 meses, durmió en la calle y comió desperdicios, mientras su madre lo buscaba en morgues y hospitales de Tijuana. Finalmente fue hallado mientras trataba de ingresar a Estados Unidos por Calexico, a 160 kilómetros de distancia.

La investigación de AP documentó 55 casos en base a entrevistas, demandas y documentos obtenidos amparada en la ley de libertad de información. Estos ciudadanos fueron arrestados entre uno y cinco días. Es ilegal deportar a ciudadanos estadounidenses o detenerlos por infracciones a las leyes de inmigración. No obstante, algunos terminan presos, según admitió Víctor Cerda, quien fue uno de los máximos funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, según sus siglas en inglés) hasta el 2005. "Cuanta más confusión haya en el sistema, más ciudadanos estadounidenses serán detenidos por error, y deportados por error'', declaró Bruce Einhorn, juez de inmigración jubilado. "Son el síntoma de un problema más grande. No hay nada más lamentable que la expulsión de nuestros propios ciudadanos".

Es muy dificil saber exactamente cuántos ciudadanos son deportados pero, Kara Hartzler, abogada del Florence Immigrant and Refugee Rights Project de Arizona, declaró ante la Cámara de Representantes que su organización lidia con entre 40 y 50 casos por mes. "Son casos sorprendentemente comunes", expresó. Regresando al caso de Guzmán, el fue detenido el 31 de marzo del 2007, por agentes del departamento de alguaciles del condado de Los Angeles, a raíz de una infracción menor, luego de intentar abordar 3 veces un avión privado mostrando boletos de la lotería. También había robado un auto, supuestamente porque el vehículo de su madre se había roto. Un juez lo condenó a tres meses de prisión por vandalismo y a tres años de libertad condicional.

En la cárcel, Guzmán dijo a las autoridades que era de California pero, un empleado del departamento de alguaciles lo hizo firmar un documento en el que se comprometía a ser deportado sin una audiencia judicial. El día que llegó a México, Guzmán llamó a un familiar y le dijo que no sabía donde estaba. Le preguntó a alguien que pasaba por allí, quien respondió: Tijuana. Ahora Guzmán va a sesiones de terapia porque al estar en el sol le recuerda lo que vivio en Tijuana y se pone histérico.

"Esa persona que deportaron es nuestro hermano, el hijo de alguien", afirmó Michael Guzmán, el hermano. "California es como una capital latinoamericana. No importa si uno es ciudadano o no. Si uno tiene aspecto de hispano, lo interrogan. Y cualquiera puede ser deportado". La oficina de alguaciles y los funcionarios del servicio de inmigración no quieren hablar del caso por que hay un proceso pendiente, ya que la familia de Guzmán demandó al condado de Los Angeles y al gobierno nacional.

Vía El tiempo


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